A reinterpretation of La danse performed by Alejandra Smits, Paloma Lanna, Mayte Esteban, María Sosa, María Vazquez. Shot by Carlota Guerrero in Poblenou, Barcelona, November 2016.
The concept of “eternal return” is understood as the creation after –and paradoxically despite of- the previous extinction and destruction of what existed before. The image of the ouroboros –a snake eating its own tale- exemplifies the perfect cycle and movement of any apparently static existence. The “Law of conservation of matter” addresses to the same eternal return that authors like Nietzsche or Kundera have repeatedly talked about. “Matter cannot be created or destroyed, it can only be changed from one form to another”. This principle was noticed by Mihail Lomonósov and Antoine Lavoisier in different years, 1748 and 1785 respectively. Just as it seems easy and intuitive to understand this concept on a small scale, when the observer takes a few steps back, the Whole rises with millions of details that no one could pay attention to individually if intention was not used. The sum of units becomes -automatically- unit. When Carlota decided to reinterpret Matisse’s “La danse I”, she was just including herself -and other five women- within the inevitable patterns that rule the eternal return. Concept printed in the back of her right arm with a tiny circle. -I’m feeling thrilled by the fact that, sharing our general thoughts on “La danse”, it is precisely now that she reveals the meaning of her tattoo. Five women connected by their hands. ¿Where does the first step with the first foot that rises and uproots the bodies from statism start? Probably in the same place where the first pulse with the first hand starts. And, if we looked back in time, Matisse was presumably realizing the exact same thing when he saw William Blake’s “Titania, Oberon and Puck with Fairies Dancing” (1786). Who, at the same time, was representing a scene from Shakespeare’s “Midsummer Night’s Dream” (1585). If we kept following the timeline that links these representations, we would go back to the year in which the first heartbeat dazed the fertile land. Or, at least, we would go back to the day when four women were holding hands with their bodies inside the sea but, at the same time, levitating, feeling and understanding the infinite flow of energy travelling between their palms. It is still the same thing, despite the space and time elapsed between one event and another. Five women dancing in a circle. Five bellies united and detached by their hands. Five manes moving through space and time. Convincing the observer that there’s room for the illusion of separation.
“Past and future are two snakes kissing each other in the mouth, past and future is one snake eating its own tale”
Alejandra Smits
El concepto de eterno retorno se entiende como la creación tras -y paradójicamente a pesar de- la extinción y destrucción de lo que se había creado anteriormente. La imagen del uróboros -serpiente que se come así misma- ejemplifica de manera muy gráfica el perfecto ciclo y movimiento de toda existencia aparentemente estática. La “ley de la conservación de la materia” habla del mismo eterno retorno del que autores como Nietzsche o Kundera han hecho repetidamente alusión.“La materia ni se crea ni se destruye, se transforma”. Observación destacada por Mijaíl Lomonósov y Antoine Lavoisier en años diferentes, 1748 y 1785 respectivamente. Así como se comprende de manera muy intuitiva este concepto a escala pequeña, cuando el observador aleja la mirada, la totalidad lo avasalla con millones de detalles a los que nadie sería capaz de prestar atención independientemente si no usa la intención. La suma de unidades se convierte en unidad automáticamente. Cuando Carlota decidió reinterpretar “La danse” de Matisse no hacía otra cosa que incluirse a sí misma -y a otras cinco mujeres- dentro de los patrones inevitables del eterno retorno. Concepto que tiene tatuado en forma de círculo pequeño detrás de su brazo. Me entusiasma que, compartiendo nuestras ideas sobre “La danse”, sea precisamente ahora cuando me revela el significado que guarda su tatuaje. Cinco mujeres uniéndose por sus manos. ¿Dónde empieza el primer movimiento con el primer pie que se alza para arrancar a los cuerpos del estatismo? Probablemente en el mismo lugar en el que empieza el primer pulso con la primera de las manos.Y, si miramos hacia atrás en el tiempo, probablemente Matisse se percató de lo mismo cuando observó “Titania, Oberon and Puck with Fairies Dancing” de William Blake. Que, a su vez, pretendía representar una escena de la obra de Shakespeare “Sueño de una noche de verano” (1585). Si continuáramos la línea cronológica que encadena esta representación, nos remontaríamos al año en que el primer latido aturdió a la tierra fértil. O, como mínimo, nos remontaríamos al día en que cuatro mujeres se dieron las manos en el mar, levitando, sintiendo y entendiendo el flujo de energía infinita que encerraban sus palmas. Sigue siendo lo mismo, a pesar del tiempo y el espacio transcurridos entre un evento y otro. Cinco mujeres danzando en círculo. Cinco vientres unidos y alejados por sus manos. Cinco cabelleras deslizándose por el espacio y por el tiempo. Convenciendo al observador de que hay cabida a la ilusión de separación.
Pasado y futuro son dos serpientes besándose en la boca, pasado y futuro es una serpiente mordiéndose la cola.
Alejandra Smits